La separación y nuevo vínculo matrimonial causó una gran molestia en buena parte de los asistentes de un encuentro en la Catedral Evangélica.
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El obispo Eduardo Durán, líder de la primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, provocó una crisis al confirmar que se divorciará de su actual esposa, para contraer matrimonio con su nueva pareja.
La decisión la comunicó en una reunión con los otros líderes de la congregación religiosa, convocada por el propio Durán, y que tuvo lugar en la Catedral Evangélica de Chile, ubicada en la comuna de Estación Central.
La separación y nuevo vínculo matrimonial causó una gran molestia en buena parte de los asistentes del encuentro.
El obispo Durán se encuentra hace tiempo separado de la mujer con la que está casado. Asimismo, mantiene una relación con una nueva pareja que, aparentemente, durante algún tiempo fue extramarital.
La situación provocó que algunos de los otros obispos participantes de la reunión solicitaran la renuncia de Eduardo Durán a la iglesia. Este último tuvo que salir escoltado del edificio tras ser increpado.
El religioso ha sido severamente criticado en el último tiempo por sus declaraciones respecto al millonario diezmo que recibe, por la forma en la cual administra tales aportes y el abultado patrimonio que habría logrado tras convertirse en líder de la primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile.
En relación a ello, Durán, en conversación con «Contigo en la mañana» de Chilevisión, aseguró tener $130 millones en su cuenta corriente como una reserva para emergencias.
"No es un tremendo saldo", dijo en la entrevista, agregando que "es un saldo común y corriente".
Sumado a lo anterior, Durán reconoció tener una afición por los automóviles, gusto que adquirió cuando estudió y vivió en Estados Unidos.
Es así como, a través de su vida, reconoció haber manejado vehículos de alta gama y elevados costos. Últimamente, se ha llenado de críticas por manejar un móvil que bordearía los $90 millones.
No obstante, Durán dijo hacerlo para "dignificar a la Iglesia", ello porque, con anterioridad, el pueblo evangélico fue tratado peyorativamente, lo que cambió con la educación y profesionalización de muchos.
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