Lamberto Cisternas, vocero del máximo tribunal, explicó que con su muerte "se cierra cualquier victimización o deliberación, planteamiento que uno puede hacer respecto de lo que ya ocurrió".
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El vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, lamentó el suicidio de Marcelo Albornoz, uno de los tres jueces investigados de la Corte de Apelaciones de Rancagua.
Al respecto, Cisternas expresó que el hecho "es lamentable. La decisión que ha tomado el colega es algo que permanece en lo íntimo de su conciencia y es una situación ciertamente separada de la que vivimos el día de ayer, en el que el pleno se pronunció respecto de algunas actuaciones de los señores ministros de la Corte de Rancagua, entre ellos el colega fallecido".
Además, agregó que "nosotros no tenemos más que lamentarnos por su muerte y como siempre ocurre con ello, se cierra su vida y se cierra cualquier victimización o, mejor dicho, deliberación, planteamiento que uno puede hacer respecto de lo que ya ocurrió".
Por su parte, el ministro de Justicia, Hernán Larraín, también se refirió a la muerte de Albornoz, expresando que como Gobierno "consideramos muy doloroso lo que ha ocurrido".
Además, el secretario de Estado agregó que lo anterior se dio "en circunstancias muy difíciles", ya que "todos los hechos (investigados) son gravísimos".
Finalmente, el titular de Justicia expresó sus condolencias hacia la familia del fallecido magistrado y al poder judicial.
Marcelo Albornoz se suicidó con una arma de fuego en su domicilio ubicado en el sector oriente de la ciudad de Rancagua. El hecho ocurrió luego de que el Pleno de la Corte Suprema resolviera respaldar el informe de la ministra instructora Rosa María Maggi, que investiga a Emilio Elgueta, Marcelo Vásquez y Albornoz, por presuntos delitos de tráfico de influencias y faltas a la probidad.
El máximo tribunal del país resolvió suspender por cuatro meses a los tres magistrados indagados, junto con abrir un cuaderno de remoción, tal como lo sugirió la jueza Maggi.
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