El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil estableció que las penas de prisión no pueden empezar a ejecutarse antes de agotar todos los recursos legales.
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El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil determinó, por 6 votos contra 5, que las penas de prisión no pueden empezar a ejecutarse antes de agotar todos los recursos legales, una decisión que debería conducir a la liberación del ex presidente de aquel país, Luiz Inácio Lula da Silva.
En un ajustado fallo, el Supremo anuló una jurisprudencia que había establecido en 2016 y con la cual había autorizado ejecutar una pena de prisión después de que se confirmara en segunda instancia, pese a que en esa fase quedaban aún dos apelaciones pendientes en tribunales superiores.
Según la nueva decisión, la prisión sólo podrá ordenarse cuando se complete el "tránsito en juzgado" y se hayan agotado todos los recursos posibles, con lo que la culpabilidad estará plenamente determinada.
En el caso de Lula, el más célebre de los cerca de 5.000 presos brasileños que serían beneficiados, comenzó a cumplir en abril del 2018 una pena de ocho años y diez meses por corrupción, tras ser condenado en segunda instancia.
La sentencia fue confirmada en una tercera instancia, pero aún le resta una apelación que ya ha presentado ante el Supremo, que todavía no se ha pronunciado.
Cabe señalar que la decisión no se aplicará a aquellos casos en que una persona ha sido condenada por un tribunal popular debido a un delito violento. Pero ese no es el caso de Lula ni de una veintena de condenados por la operación anticorrupción Lava Jato.
De esa manera, la libertad de Lula dependerá de que su abogado, Cristiano Zanin, la solicite al tribunal de Curitiba que está a cargo del caso. Zanin tiene previsto visitar a Lula en su celda y, según explicó en un comunicado, "después de la conversación" será presentado "un pedido para que se lleve a cabo su inmediata libertad en base al resultado del juicio".
PURANOTICIA
