Gonzalo Bravo, sacerdote del clero de Valparaíso, ha sido nombrado como Obispo de la diócesis de San Felipe. En tanto, Julio Larrondo, sacerdote del clero de Santiago, ha sido nombrado Obispo auxiliar de la arquidiócesis capitalina.
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El Papa Francisco ha continuado con la renovación de la jerarquía episcopal chilena, tras la crisis por los abusos, con el nombramiento de dos nuevos obispos para la diócesis de Santiago y la diócesis de San Felipe.
Según ha informado la oficina de prensa de la Santa Sede, los dos nuevos obispos para Chile son el sacerdote Julio Esteban Larrondo Yáñez, hasta ahora párroco de la iglesia 'Nuestra Señora de Lourdes' y vicario episcopal de la zona sur de Santiago, que dirigirá, como obispo auxiliar, la diócesis de Santiago.
El sacerdote Gonzalo Arturo Bravo Salazar, del clero de la diócesis de Valparaíso, hasta ahora párroco de El Salvador del Mundo, en La Matriz-Valparaíso y decano de la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, liderará la diócesis de San Felipe.
Con estos nombramientos, son cinco las sedes vacantes de las 27 jurisdicciones eclesiásticas en Chile: Copiapó, a cargo de un administrador diocesano; y Rancagua, Valparaíso, Talca, y Valdivia, todas estas a cargo de un administrador apostólico.
En la arquidiócesis de Santiago colaborarán con el Arzobispo tres obispos auxiliares con dedicación permanente (Cristián Roncagliolo, Alberto Lorenzelli y Julio Larrondo), ya que otros dos auxiliares de Santiago son administradores apostólicos en diócesis (Pedro Ossandón y Galo Fernández) y el obispo Andrés Arteaga se encuentra con impedimento de salud.
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