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Chileno condenado por crimen en Malasia: "Nunca quisimos hacer nada malo"

Chileno condenado por crimen en Malasia: "Nunca quisimos hacer nada malo"

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Felipe Osiadacz y Fernando Candia estuvieron detenidos 15 meses y 11 días en el penal de alta seguridad Sungai Buloh, por la muerte de la mujer trans Yusaini Bin Ishak.

Chileno condenado por crimen en Malasia: "Nunca quisimos hacer nada malo"
Lunes 14 de octubre de 2019 12:32
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Felipe Osiadacz, uno de los chilenos que estuvo detenido en Malasia, acusado de "homicidio culposo" por la muerte de una mujer trans, relató cómo fueron sus días en la cárcel, por más de 15 meses, donde asegura que bajó de peso y hasta estuvo encerrado con más de 10 personas en una celda.

El joven, junto a Fernando Candia, estuvieron detenidos 15 meses y 11 días en el penal de alta seguridad Sungai Buloh, por la muerte de la mujer trans Yusaini Bin Ishak.

En entrevista con Canal 13, Osiadacz describió los hechos que ocurrieron en torno al crimen. Explicó que la madrugada del 4 de agosto de 2017, Bin Ishak los siguió hasta el hall del hotel para pedirles dinero, situación que derivó en golpes por parte de la mujer.

El joven añadió que para contener la situación, junto a Candia, decidieron inmovilizarla y mantenerla presionada contra el piso hasta que llegara la policía. Acto seguido, la mujer falleció y ambos quedaron detenidos y fueron condenados a dos años de cárcel por el delito de "homicidio culposo".

"Nunca en mi vida, por ningún segundo, se me pasó por la mente que la persona que estaba en el suelo podía estar muerta. Nunca estuvo dentro mí. Nunca quisimos hacer nada malo para que alguien terminara muerto. Se terminó transformando en una verdadera pesadilla", comentó.

Continuando con su relato, el hombre indicó que en sus primeros días en la comisaría, le pasaron una ropa naranja, defecada y con orina, debía dormir en el piso, y asegura bajó entre cuatro a cinco kilos.

Además, acusa que recibió amenazas por parte de los gendarmes, quienes le decían "crees que vienes acá a matar gente, bueno, vas a morir".

"Cuando pasaron los meses siempre sentí culpa porque una persona terminó muerta; no fue un ojo morado, aquí una persona murió y eso no va a cambiar nunca", admitió.

Osiadacz relató que en sus días en la cárcel tuvo percances con otros presos, pero no tuvo peleas ni discusiones. No obstante, señaló que sí vio trifulcas entre ellos.

"Si alguien se agarraba a combos, los gendarmes cerraban las puertas por un mes y, por lo general, cuando abrían las puertas ocurría algo, por todo el estrés que cargábamos. Te diría que cada seis meses abrían la puerta unas 10 veces", narró.

Asimismo, contó que vio cuando otro preso se suicidó, cuando se robaban entre ellos o cuando recibían duras golpizas por diferencias.

También aseveró que en el lugar había metanfetamina, marihuana y patillas tipo éxtasis. Para entrar la droga le pagaban a la persona de rayos X y le pagaban a los gendarmes para que abrieran las puertas.

Osiadacz indicó que el momento más difícil fue cuando estuvo encerrado en la pieza, junto a 10 personas.

"¡La mitad de un año no pudimos salir de una celda de 14 metros cuadrados! No teníamos ni permiso para salir 15 minutos a caminar ahí mismo en el block", indicó.

Respecto a por qué se declaró culpable del caso, Felipe explicó que él jamás se hubiese declarado culpable, pero lo hizo porque la justicia en Malasia no lo iba a dejar así como así.

"Jamás me hubiese declarado culpable porque yo y los abogados sabíamos que no había tenido la intención de hacerle daño a nadie y que las pruebas corroboraban lo que dije desde el primer momento", contó.

En relación a la actuación de las autoridades chilenas en el caso, el joven aseguró que fue excelente y que está muy agradecido por todo.

Cuando se enteró de la apelación a la sentencia del juez, él dijo que quedó en shock y acabó por enfermar en la cárcel.

"Dejé de comer, empecé a defecar sangre, tenía espasmos en el estómago; ya estaba flaco de antes, pero en ese momento llegué a pesar 59 de kilos y mido 1,81. No tenía ánimo de nada, no quería vivir, le rogaba al universo que me llevara en el sueño", contó.

No obstante, Felipe no se quiso a referir a cómo gestionó su regreso a Chile. "No creo que sea correcto explicar el cómo salí, quizás en algún momento cuando se termine todo este proceso no voy a tener problemas en explicarlo (...) Si me fugué, eso está claro. Yo no tenía en poder mi pasaporte. Creo que va por ahí la cosa", señaló durante la entrevista.

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