Además, sostuvo que "sería una imprudencia pastoral" respaldar al 'presidente encargado' de aquel país, Juan Guaidó.
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El Papa Francisco aseguró que teme "el derramamiento de sangre" en Venezuela, por lo que ofreció su ayuda en caso que ambas partes lo requieran. Estas palabras las emitió durante el vuelo de regreso al Vaticano, desde Panamá, adonde acudió la semana pasada para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Consultado acerca de si el Vaticano respaldaría -como muchos países en el mundo- la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, el Papa Francisco respondió que "sería una imprudencia pastoral y haría daño ponerse de la parte de unos países o de otro".
"Yo apoyo a todo el pueblo venezolano, que está sufriendo. Si yo entrara a decir 'hagan caso a estos países o a estos otros', me metería en un rol que no conozco. Sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño", manifestó.
En este contexto el Pontífice dijo que no le gustaba que se le definiese como "equilibrado", sino que su comportamiento era el de un pastor". Además, instó a que "si necesitaban ayuda" para solucionar este problema "que se pongan de acuerdo y la pidan".
Finalmente expuso que "me asusta el derramamiento de sangre y en esto pido grandeza a los que pueden ayudar a resolver el problema. El problema de la violencia a mí me aterra".
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