El ex técnico de la selección chilena sub-20 dijo que fue previsor pero que con ese dinero no se puede vivir si uno no sigue trabajando.
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José Sulantay, ex técnico de la selección chilena sub-20 que alcanzó el tercer lugar en el Mundial de Canadá 2007, no ha quedado indiferente ante el estallido social y las protestas que se viven desde hace dos semanas en el país por las desigualdades en la población.
El otrora DT, quien cumplirá en abril próximo 80 años, reconoció en diálogo con Redgol: "Tengo mucha pena por el país. He vivido la historia y nunca se llegó a este extremo. Se ha perdido todo el respeto. La violencia no es el camino para conseguir las cosas y va a costar mucho encontrar una solución, porque la política está muy polarizada".
"Nunca hubo tanto resentimiento. Está bien alzarse en reclamos, pero la violencia no la voy a justificar jamás. Lo veo con los demás países y nunca pensé que esto pasaría en Chile. Ahora hay que salir (al extranjero) con la cabeza agachada", añadió.
Sobre la demanda de subir las pensiones, el "Negro" sostuvo: "Gano una pensión de 126 mil pesos y no sé qué haría con esa plata si no trabajara y si no hubiera ahorrado. Compré cosas para mis hijos y mi familia, porque fue lo que me enseñó mi padre.. Pienso de inmediato en qué se puede hacer con esa plata. Tengo amigos y amigas que reciben estas pensiones y tienen problemas en sus hogares, porque viven con tres o cuatro personas más. No alcanza ni para tomar tecito con un pan".
"Tengo que comprarle remedios a mi señora, a lo mejor tengo más medios, pero todavía trabajo. Me da rabia que cobren tan caro por un remedio o por un examen que me pide el doctor, pero tengo para hacerme un chequeo completo cada seis meses. La pensión me alcanza para comprar dos balones de gas para el gimnasio. Pero nadie puede vivir con ese dinero. Yo fui previsor, pero cuando jugaba no tenía imposiciones. Han pasado tantas cosas con las AFP, que preferí comprar bienes que tener un fondo", agregó.
Por último, dijo: "Si no hay valores, el Estado no sirve de nada. Es peor que rompran trenes o locales, porque eso se soluciona. Pero cuando se pierde el sentido de la vida y la gente, no hay nada que hacer".
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