El conjunto estudiantil habría llegado a un acuerdo con Conmebol para poder disputar sus últimos cotejos en el recinto Ñuñoino.
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La final única de la Copa Libertadores, a disputarse el 23 de noviembre en el estadio Nacional de Santiago, tenía en incertidumbre la localía de Universidad de Chile en el coliseo de Ñuñoa para fin de año, debido a que el reducto debía quedar cerrado por 45 días por reglamento de la Conmebol.
Sin embargo, los azules recibieron una buena noticia. Según publica El Mercurio, el conjunto estudiantil podrá disputar sus últimos cotejos en ese recinto.
De acuerdo al matutino, la U solucionó el problema con el organismo rector del fútbol sudamericano, por lo que jugaría en ese reducto contra Deportes Iquique el 17 de octubre, dos días después del recital de Iron Maiden, y luego contra Everton y O'Higgins.
Además, también se confirmaría en el Nacional el duelo ante Universidad de Concepción, clave en la lucha por el descenso y en el que más dudas había sobre localía de los laicos.
También, los azules recibirían el 11 de octubre a Cobresal en la revancha por los cuartos de final de Copa Chile.
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