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Buzos de la Armada Rusa rompen récord de profundidad y se sumergen a 416 metros

Buzos de la Armada Rusa rompen récord de profundidad y se sumergen a 416 metros

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Especialista analiza la realidad del País y los riesgos del buceo en las costas chilenas.

Buzos de la Armada Rusa rompen récord de profundidad y se sumergen a 416 metros
Jueves 1 de noviembre de 2018 00:00
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Tres buzos de la flota del Pacífico de la Armada Rusa, rompieron el récord de buceo tras conseguir los 416 metros de profundidad.

La inmersión sin precedentes se realizó en una zona de aguas profundas en el Mar de Japón a bordo del nuevo barco de rescate submarino de la Flota del Pacífico, el Igor Belousov, donde los tres especialistas probaron una nueva tecnología que permite soportar más de 45 veces la atmósfera de la Tierra.

Los buzos tuvieron que pasar tres días en una cámara de compresión antes de que pudieran comenzar el viaje hacia el oscuro vacío en una campana de buceo que operaba desde el barco de rescate Igor Belousov, informó el martes el Ministerio de Defensa ruso, organismo que liberó el impresionante registro en video.

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Los buzos pudieron descender a esa increíble profundidad mediante el uso de una cámara de presión especial de la Armada, elemento que es parte del sistema de rescate de buceo en aguas profundas denominado GVK-450, diseñada para permitir que los buzos conquisten profundidades de hasta 450 metros.

El nivel de presión ejercido a 416 metros debajo de la superficie del agua es equivalente a más de 41 veces la presión atmosférica de la Tierra al nivel del mar, una presión que normalmente aplastaría a un cuerpo humano.

Según el sitio especializado Cuceo Industrial Especializado, el GvK-450 fue desarrollado especialmente por el Instituto de Investigación de Rescate y Tecnologías Submarinas de la Armada Rusa, y tiene como objetivo ampliar las capacidades para llevar a cabo operaciones de búsqueda y rescate específicamente para submarinos en peligro.

Durante la misión, los buzos observaron el área y practicaron la conexión de líneas de oxígeno a un modelo submarino. Los hombres también desplegaron la bandera rusa para celebrar su inmersión récord.

El récord anterior de la Armada rusa se estableció el año pasado cuando el mismo escuadrón había logrado descender a 317 metros.

RECORD DE BUCEO AUTONOMO

En 2014 se estableció el récord mundial de buceo profundo por el nadador de combate egipcio Ahmed Gamal Gabr quien llegó a los 332,35 metros en las aguas del Mar Rojo, al lado del balneario de Dahab en Egipto.

Para lograr el registro, certificado por el Libro Guinness de los Récords, el buzo utilizó más de 60 botellas que contenían una mezcla de oxígeno, nitrógeno, helio e hidrógeno.

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El buzo realizó durante meses un completo entrenamiento, no solo físico, sino también emocional y mental donde trabajó con maestros de yoga para reducir al mínimo su respiración y su ritmo cardíaco.

A esa profundidad, la presión del agua es de 35 kilogramos por centímetro cuadrado, así que además de la preparación física del buzo, es necesario planificar cuidadosamente los tiempos de descenso y ascenso, así como los suministros de aire necesarios porque a esa presión, los gases pueden resultar tóxicos para el organismo humano..

De ahí que el descenso solo tomó 12 minutos, pero necesitó 14 horas para subir a la superficie.

A diferencia de los marinos rusos que hicieron el descenso con lo que se conoce como "campana de inmersión", el egipcio y el sudafricano lo habían hecho en buceo autónomo.

RIESGOS DEL BUCEO

Según el sitio vix.com, los riesgos asociados al buceo de profundidad son tanto físicos como psicológicos. El principal problema físico que puede ocurrir tiene que ver con la toxicidad del oxígeno y el nitrógeno bajo presión. Si el buzo no tiene los cuidados necesarios, rápidamente puede quedar inconsciente y de no contar con ayuda, morir ahogado.

Ahora bien, los efectos tóxicos de estos gases pueden manifestarse más levemente y causar problemas de visión, coordinación y concentración, e incluso llegar a provocar el desmayo. Esta situación pone al buzo bajo un estrés tal que puede conducir al pánico, lo cual dificulta la descompresión adecuada.

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Según el experto John Lippmann, de la Divers Alert Network, un descenso de 50 metros ya es bastante riesgoso para un buzo. Sin embargo, admite que no existe un límite de profundidad que pueda ser aplicado para todos los buzos y para cualquier condición.

Según Lippmann, además de contar con equipamiento necesario y determinada preparación física y psicológica, también es relevante en qué agua se va a bucear. Lippmann sostiene que no es lo mismo bucear en aguas frías y sucias que en aguas cálidas y cristalinas, ya que las condiciones de visibilidad y temperatura del agua pueden ser determinantes.

RECORD EN ALTURA

Tal como lo plantea el experto John Lippmann, no es lo mismo bucear en aguas cálidas que frías, por eso la hazaña de un chileno no deja de ser llamativa.

Según publica el sitio sportalsub.net, el domingo 21 de enero de este 2018, en Chile se estableció un nuevo record mundial de buceo extremo en altura, en la expedición Licancabur Dive.

La hazaña la consiguió el buzo Táctico forense Capitán de Carabineros de Chile, Luis Torres Molina, al sobrepasar en dos minutos la marca establecida por el buzo francés Henri García del equipo del comandante Jacques-Yves Cousteau que se mantenía desde el año 1995.

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La inmersión estableció un nuevo tiempo de fondo de 1 hora con 10 minutos en la laguna del cráter Licancabur a 5.920 mts de altitud, siendo una prueba extrema tanto en buceo como en alta montaña..

LA REALIDAD CHILENA

Patricio Toledo Fuenzalida es Enfermero Naval, Técnico en Medicina de Sumersión, Buzo Instructor de Buceo, Supervisor de Buceo Comercial y especialista operador de cámaras hiperbáricas.

Hace un año se fue a retiro de la Armada y hoy es uno de los especialistas más cotizados en el País para supervisar trabajos de buceo. De hecho, lo encontramos en Puerto Aguirre, en faenas de reflotamiento para una de las grandes empresas salmoneras del sur.

Toledo dice que a partir del accidente del Casa 212 en Juan Fernandez, se mejoraron considerablemente los procedimientos de buceo profundo, tanto a nivel castrense como a nivel privado, lo que permite por ejemplo ahora, realizar buceos a mas de 100 metros de profundidad, lo que hasta hace unos años era impensable, sin embargo, reconoce el especialista, "la mayor cantidad de accidentes con resultados graves e incluso muertes, se dan en actividades de buceo a menor profundidad".

"El buceo es una actividad de alto riesgo, el conocimiento la hace una actividad segura" dice Toledo, es decir lo principal es conocer no solo las técnicas y el equipo, sino cómo se comporta nuestro cuerpo en un escenario hostil como lo es estar bajo el agua.

El especialista dice que "la principal complicación que se genera en el buceo es que nosotros respiramos principalmente aire, pero con otros gases que están en menor porcentaje en el ambiente. Cuando respiramos, el cuerpo absorbe todos los gases. Aquellos gases que no metabolizamos se acumulan, como el nitrógeno. Dependiendo de la profundidad y el tiempo de buceo, el cuerpo necesita el tiempo suficiente para eliminar ese gas acumulado. Por eso a mayor profundidad se requiere hacer ascensos más lentos con "paradas de seguridad" o de descompresión, como se les conoce".

"Cuando los buzos, casi siempre los de más edad, llevan mucho tiempo desarrollando esta actividad, principalmente mariscadores, se acostumbran a los cambios fisiológicos de su cuerpo y a veces no se dan cuenta de que el organismo reacciona diferente, eso les genera un exceso de confianza y como no respetan los tiempos de fondo, no respetan los ascensos controlados, terminan con lesiones graves e incluso la muerte" explica Toledo.

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FALTA DE CAMARAS HIPERBARICAS Y DE ESPECIALISTAS

Toledo agrega que en Chile, "teniendo tantos kilómetros de costa y con actividades de buceo constantes, es necesario que comience a pensar en dotar de cámaras hiperbáricas a los sectores con mayor presencia de esta actividad, pero siempre entendiendo que estos elementos son el último recurso, para minimizar los riesgos lo principal es tener el conocimiento adecuado. Si eso ya no fue suficiente y se produce de todas maneras un accidente, Chile debiese tener una cantidad mayor de cámaras hiperbáricas. ¿cuántas y donde?, eso lo tendrá que determinar el Ministerio de Salud o las autoridades".

"Ahora bien, si se llega a eso, también es necesario que se tengan los especialistas adecuados y debidamente capacitados para que no pase lo que ocurrió en un Hospital Público donde privados donaron una cámara hiperbárica y terminó estropeándose en una bodega porque no sabían ni cómo operarla ni tampoco había el personal debidamente capacitado", dice Toledo

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