En la liturgia también hubo palabras para el complejo momento que vive la Iglesia Católica, donde numerosos miembros del clero se han visto involucrados en casos de abusos sexuales a menores.
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Con un saludo al arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, inició el deán de la Catedral Metropolitana, Juan de la Cruz Suárez, la liturgia del Te Deum Ecuménico.
En la liturgia también hubo palabras para el complejo momento que vive la Iglesia Católica, donde numerosos miembros del clero se han visto involucrados en casos de abusos sexuales a menores.
El monje benedictino Benito Rodríguez reconoció en la homilía que les toca "presidir esta solemne celebración en un momento muy particular, porque estamos pasando por tiempos recios".
"Nuestra Iglesia de Chile vive un tiempo de purificación quizás como nunca antes en su historia (...) Intentando acoger con humildad y con generosidad nuestros errores, sin pretender privilegios o algún trato especial", reflexionó el religioso benedictino.
El monje también se refirió a la necesidad de una sociedad que sepa escuchar al otro. "Un país sin confianzas no tiene futuro alguno. Nunca podrá sustentarse de manera sostenible. Se requiere un renacimento (...) en el renacer está la nueva tierra", dijo Benito Rodríguez.
El religioso hizo especial énfasis en la forma en cómo el país debe enfrentar la inmigración. "A ellos queremos abrirles las puertas no solo de la oficina de inmigración sino también de nuestros corazones. A veces por miedo, o desconfianza quizás, no lo hacemos", manifestó.
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