La ruta de los mejores murales de la capital
visitas
Los pintores urbanos ya no necesitan cubrirse el rostro para plasmar sus obras en la ciudad. Gracias al perfeccionamiento de sus técnicas han logrado que sus creaciones sean valoradas dentro y fuera del país. Santiago ha sido catalogado, por los medios de comunicación extranjeros, como una de las mejores ciudades para ver grafitis y murales en el mundo. Y la tendencia va en alza; cada vez son más los proyectos que apuestan por potenciar la destreza del spray en las calles.
Trazar rayados en espacios públicos o privados es un delito en Chile. Dentro del Código Penal es considerado un atentado a la propiedad. Sin embargo, el arte callejero ha sabido ganar legalmente su lugar. En 2010 se inauguró el Museo a Cielo Abierto en San Miguel y en 2012, este mismo proyecto se llevó a cabo en la comuna de La Pincoya. Se trata de dos grupos de edificios, cuyas fachadas se han convertidos en verdaderas galerías pintadas por artistas urbanos para el deleite de los vecinos y, al alcance de todos.
Siguiendo con esta tendencia, en 2014 la Municipalidad de Santiago lanzó un concurso para que un muralista coloreara el paso nivel de Avenida Matta. A principios de este año, el ganador, Ian Pierce, comenzó el trabajo que espera terminar en septiembre. "Hace unos años, y cada vez más, las municipalidades se están dando cuenta de que el grafiti y el muralismo son géneros que no sólo mejoran el entorno, sino que también generan espacios de participación", dice Pierce mientras desliza su brocha arriba de la escalera.
Ese mismo año el colectivo HA pintó en La Florida, con el apoyo de la autoridad comunal, el mural más grande de Santiago. Se trata de una combinación de letras e imágenes que, a través de 2.600 metros cuadrados, ilustran escenarios emblemáticos de la comuna.
Sin embargo, la gran intervención se anuncia para este 2015: El Ministerio de Obras Públicas, en conjunto con el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) y las municipalidades involucradas – aquellas de las comunas que bordean el caudal desde Vitacura hasta Estación Central- han creado un proyecto para que creadores urbanos embellezcan el costado norte del Río Mapocho.
Este reconocimiento no ha sido casual. Los mismos exponentes y gestores culturales afirman que se ha ido perfeccionando el nivel estético de esta disciplina. Según Francisco Moreno -artista callejero y organizador del encuentro internacional de grafiteros y muralistas "Concegraff", hace 15 años que el rubro se ha ido profesionalizando cada vez más. "El grafiti hasta el año 2000 era súper desconocido; se ligaba con las pandillas y la violencia. Luego comienza un proceso de retroalimentación (...) Pintar grafitis ya no es visto como un acto vandálico, sino como una actividad cultural", afirma.
Muchos de los jóvenes que se dedican a esto sólo hacían tags (firmas) y ahora han incorporado imágenes; han evolucionado", explica al respecto Alejandro "Mono" González (68), uno de los más antiguos del oficio del trazo a nivel nacional.
Comenzó a pintar a los 16 años, en la Brigada Ramona Parra; una organización de artistas callejeros, ligada a la izquierda política, que se formó en los años 60 con el fin de hacer públicas sus opiniones. "Al principio todo era raya pero llegó un minuto en que dijimos no podemos seguir rayando más", cuenta. Poco a poco fueron incorporando imágenes pequeñas al lado de las letras hasta que llegaron a crear grandes obras bajo la adrenalina y presión de un oficio escondido. "Teníamos que hacerlo muy rápido y nos fuimos organizando para que cada uno cumpliera una función: uno era el que rellenaba la imagen, el otro el que hacía las terminaciones y otro mientras vigilaba", relata.
Street Art chileno bajo la lupa internacional
Los artistas chilenos que empezaron firmando sus nombres en las calles, como Inti Castro, Alejandro González y los colectivos 12 Brillos y StgoUnderCrew, entre otros, han demostrado su talento en los muros y hoy viajan por el mundo exponiendo sus obras. "Chile es un referente a nivel mundial de intervención pública", afirma tajantemente González.
El medio estadounidense The Huffington Post coincide con esta declaración. En 2014 incluyeron a Santiago como una de las 26 mejores ciudades del mundo para ver murales y grafitis. Así mismo, la galería digital Street Art de Google sumó a los Museos a Cielo Abierto de La Pincoya y San Miguel entre la muestra que incorpora las obras más destacadas a nivel internacional.
En los más de 40 murales que albergan cada uno de estos museos abiertos los autores transmiten diversos mensajes. Consignas que exigen "educación gratuita y de calidad" y retratos de antepasados indígenas son algunas de las exposiciones que no sólo han permitido decorar las comunas de Santiago sino que también aumentar su valor. Según los vecinos de San Miguel, los precios de los departamentos han crecido en alrededor de un 50 por ciento.
"Nunca pensé que íbamos a convertir una población en un museo lleno de murales, cuando antes pintábamos a escondidas, corriendo", recuerda "el Mono". Aunque no especifica cuántas, reconoce que ha estado más de una vez preso por pintar en la clandestinidad. Esta adrenalina y las ansias por expresarse aún lo tientan: "Hoy día me gustaría salir a rayar contra la corrupción", reconoce.
Francisca de la Jara.
Reportaje AgenciaUno
Pn/co
