El argentino volvió a su mejor nivel, con tres golazos para enterrar al equipo de su ex entrenador. Neymar cerró el marcador y Claudio Bravo se fue expulsado.
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Barcelona y Manchester City se enfrentaban este miércoles en uno de los partidos más anticipados de la fase de grupos de la Champions League. Era la vuelta de Pep Guardiola al club donde se formó como jugador y ganó todo como entrenador.
Pero, al final, el que se quedó con la última sonrisa fue el alumno estrella de Pep en su paso por la escuela azulgrana: Lionel Messi. El crack argentino se despachó con tres grandes goles en el 4-0 del Barça y demostró que, pese a las lesiones, sigue siendo por lejos el mejor jugador del mundo.
El primer tiempo fue, por momentos, bastante parecido a lo esperado: de ida y vuelta y con chances claras de los dos lados. Aunque las lesiones de Jordi Alba y Gerard Piqué y las sucesivas faltas en la mitad de la cancha impidieron que aparezca ese ritmo electrizante que pueden producir dos de los mejores clubes del mundo.
El que sí tuvo ritmo y tiempo fue Messi: a los 17´, el argentino aprovechó una desconcentración de los defensores del City dentro del área para eludir al chileno Claudio Bravo y definir con el arco vacío. Pudo empatar el City en el cierre del capítulo, pero Ter Stegen estuvo fino de reflejos en un remate de Gundogan.
El buen juego exhibido por el City en la primera mitad se evaporó en el complemento y se instalaron los errores. Primero se fue expulsado Bravo luego de una fallida salida con los pies y más tarde Messi le terminó dando el golpe de nocaut a su ex entrenador con dos definiciones magistrales.
Sobre el final, Neymar tomó protagonismo con un penal que no pudo convertir y por un gol que redondeó el póker de un Barcelona que sigue invicto y con puntaje perfecto en el Grupo C, el mismo en el que Borussia Mönchengladbach alcanzó su primer éxito al imponerse por 2-0 en Escocia, frente a Celtic.
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